¿Cuáles son tus dones?
¿Los vives? ¿Los aceptas?
¿Pueden ser suficiente para ti?
A veces tendemos a compararlos con los dones de los demás. No los hacemos enteramente nuestros porque aparentemente no lucen tanto o aún no han dado sus frutos y pensamos que los dones de otros son mejores, los desechamos.
Pero si tú no traes tus dones al mundo, quién los traerá? Nadie más que tú puede traer tus dones al mundo del modo en que tú puedes traerlos.
Tus dones son un regalo para ti y para todos. Ama a tus dones, cultívalos, vívelos, permite que permeen tu vida, hazlos visibles.
Otras veces lo que nos separa de nuestros dones es la responsabilidad, el compromiso y los desafíos que representan. Porque el desarrollo de nuestros dones nos lleva también a nuestros límites, a nuestros confines, nos pone a prueba, es un agente de transformación y crecimiento. Y quizás eso es lo que verdaderamente nos cohíbe, el miedo a tener que pasar por el fuego de la transformación.
¿Le dices SI o le dices NO a tu don? Quizás primero debes conocer tu NO antes de abrazar tu SI. Un SI rotundo es un acto rendición, cuando dices SI capitulas el control...permites que tu don te de forma y te ponga en un camino que no puedes prever. Tu don te escoge a ti y luego tú lo escoges a él.
¿Cuál es tu próximo paso? Tu próximo paso cuenta. El mundo lo espera tanto como tú.
Por Verónica Lassus
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