El Rol del Corazón

Terapia Biodinámica Craneosacral Craneo Sacral Barcelona Verónica Lassus

La visión tradicional nos dice que el cerebro es el gran responsable de nuestro bienestar y percepción. Sin embargo, en los últimos años vamos descubriendo y comprendiendo que el corazón tiene un rol igualmente importante. Esta visión más holística invita a plantearse preguntas acerca de sus implicaciones y aplicaciones.  

 

El cerebro del corazón

 

El corazón cuenta con un sofisticado sistema nervioso propio, un cerebro, mediante el cual recopila información de los distintos órganos, incluido él mismo, la procesa y la envía al cerebro craneal afectando significativamente su actividad.

 

Con cada latido el corazón transmite patrones neurológicos, hormonales y electromagnéticos.

 

Una de las principales vías de comunicación entre estos dos cerebros es el nervio vago, con mayor conexión neural desde el corazón hacia el cerebro craneal que viceversa. 

 

El corazón envía sus señales al tronco encefálico, participando así en la regulación de los sistemas respiratorio, digestivo, cardiovascular, hormonal e inmune. También al tálamo y amígdala, centros superiores del cerebro vinculados a la percepción, toma de decisiones y procesos cognitivos. E incluso al resto del córtex, alterando las ondas cerebrales y modificando al funcionamiento del cerebro.  

 

Por tanto el corazón afecta profunda y significativamente a nuestra fisiología, salud y bienestar y también a nuestra percepción, estado emocional, procesos cognitivos, claridad mental, creatividad y desempeño. 

 

Emociones, Ritmo y Armonía

 

El ritmo cardíaco resulta  del efecto neto de los nervios parasimpáticos (nervio vago), que lo ralentizan  y simpáticos, que lo aceleran. El efecto varía según nuestro estado emocional, pensamientos y actividad física.

 

Los estudios del Instituto Heart Math, indican que el ritmo cardíaco viene dado en gran medida por nuestro estado emocional y que es el input clave que el corazón envía al cerebro.

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Estados emocionales positivos, genuinos, centrados en el corazón, generan ritmos cardíacos armoniosos, potenciando la eficiencia, eficacia y coherencia de las funciones fisiológicas y cognitivas. Por el contrario, el stress y emociones negativas perturban el ritmo cardíaco y afectan nuestro buen funcionamiento.

 

Entonces, la intervención a nivel emocional es un poderoso agente de cambio. Profundizar en nuestro universo emocional parece ser más efectivo que pensar acerca de nuestra experiencia e intentar “resolverla” a nivel cognitivo solamente.

 

Una mayor actividad parasimpática protege al corazón y potencia a los sistemas inmune y endócrino. En cambio, el stress aumenta la actividad simpática imponiendo un esfuerzo en nuestro organismo.

 

Accediendo a estados de relajación profunda podemos aumentar el tono del nervio vago (parasimpático), favoreciendo la armonía del corazón y la coherencia entre los distintos sistemas y órganos. Esto es algo que se tiene muy en cuenta en la terapia Biodinámica Craneosacral.

Campo Magnético, Presencia e Interacción 

  

El corazón genera el mayor campo magnético del cuerpo, se extiende más allá del cuerpo y  es 5.000 veces más fuerte que el del cerebro. Es un importante transmisor de información a todas nuestras células y también entre individuos.

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Cuando una persona se centra en un estado amoroso y de interés genuino por el otro, entra en un estado de profunda armonía y coherencia que transmite mediante su campo ayudando a entrar en fase al otro individuo. 

 

Esto es de especial relevancia en un entorno terapéutico y refuerza la importancia del estado de presencia del terapeuta.



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